Muchas personas notan que después de los 40 años, les resulta más difícil adelgazar. Esta situación se debe a varios factores y que son los siguientes:
Cambios en el funcionamiento del organismo
El principal responsable en el aumento de peso es el metabolismo. Con el paso del tiempo y por motivos aún desconocidos, el proceso metabólico se ralentiza, a razón de un 5 por 100 cada diez años. Esto significa que el gasto energético es menor, o sea, que el cuerpo quema menos calorías y, así, convierte las que no utiliza en grasas.
Menos actividad física y una dieta inadecuada
Por otro lado, la alimentación se descuida porque la vida "agitada" y de oficina no les permite respetar las cuatro comidas diarias y menos elegir cuidadosamente lo que van a consumir.
Las dos cosas -la falta de movimiento y una dieta poco nutritiva y rica en grasas-son motivo para crear una situación de menor gasto energético, coincidiendo con lo que el organismo empieza a hacer naturalmente, que es disminuir su trabajo.
En este caso, lo más probable es que, después del parto, les resulte casi imposible librarse de "esos cinco kilos de más", teniendo en cuenta que disponen de muy poco tiempo para ir al gimnasio y de cuidarse en las comidas.
Frente a estas situaciones, es muy común buscar la comida para tapar la angustia momentáneamente. Si esta conducta se repite con frecuencia, es probable que se produzca un aumento de peso.
Menopausia
Durante esta etapa, la reducción de la producción de las hormonas sexuales femeninas trae como consecuencia un aumento de tejido adiposo en la zona abdominal.
Para la mujer pre y posmenopáusica, un aumento excesivo de peso puede asociarse con problemas de salud. Esto se debe a que, en estas etapas, la nueva localización de las grasas, los riesgos de sufrir enfermedades cardíacas, la hipetensión y los problemas con el colesterol son más altos.
En general, a partir de los treinta años, las personas dejan de practicar deportes con asiduidad. En el mejor de los casos, hacen gimnasia dos veces por semana, y esos dos días terminan reduciéndose a uno o ninguno por distintas razones, por exceso de trabajo, enfermedad de los hijos, trámites de la casa o simplemente cansancio.
Por otro lado, la alimentación se descuida porque la vida "agitada" y de oficina no les permite respetar las cuatro comidas diarias y menos elegir cuidadosamente lo que van a consumir.
Las dos cosas -la falta de movimiento y una dieta poco nutritiva y rica en grasas-son motivo para crear una situación de menor gasto energético, coincidiendo con lo que el organismo empieza a hacer naturalmente, que es disminuir su trabajo.
Embarazo
Por si fuera poco, durante los "treinta y pico", muchas mujeres tienen, su primer hijo. Muchas de ellas sienten que, durante la etapa de gestación, tienen permiso para comer indiscriminadamente, lo que se traduce en un excesivo aumento de peso.
En este caso, lo más probable es que, después del parto, les resulte casi imposible librarse de "esos cinco kilos de más", teniendo en cuenta que disponen de muy poco tiempo para ir al gimnasio y de cuidarse en las comidas.
La dieta yo-yo
La dificultad para adelgazar está íntimamente relacionada con el pasado de las personas: subir y bajar de peso con frecuencia {lo que se llama efecto yo-yo) tiene consecuencias devastadoras para el cuerpo. ¿Por qué? Después de realizar tantos regímenes, el resultado es que se termina disminuyendo la musculatura y se acumulan grasas.
El síndrome del nido vacío
Hay situaciones en la vida en las cuales las personas deben enfrentarse al sentimiento de la soledad: cuando los hijos se independizan, a raíz de un divorcio o de la pérdida del cónyuge.
Frente a estas situaciones, es muy común buscar la comida para tapar la angustia momentáneamente. Si esta conducta se repite con frecuencia, es probable que se produzca un aumento de peso.
Menopausia
Durante esta etapa, la reducción de la producción de las hormonas sexuales femeninas trae como consecuencia un aumento de tejido adiposo en la zona abdominal.
Para la mujer pre y posmenopáusica, un aumento excesivo de peso puede asociarse con problemas de salud. Esto se debe a que, en estas etapas, la nueva localización de las grasas, los riesgos de sufrir enfermedades cardíacas, la hipetensión y los problemas con el colesterol son más altos.
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