El zinc es un mineral que, en nuestro cuerpo, se deposita en los músculos, huesos, testículos, cabellos, uñas y tejidos pigmentados del ojo.
Además, favorece el correcto funcionamiento de la glándula prostática y el desarrollo de los órgano reproductivos, previene el acné, interviene en la síntesis de las proteínas, del colágeno, promueve la cicatrización de las heridas, es protector hepático y contribuye a la formación de los huesos y mantener los sentidos.
Cómo se incorpora
Se encuentra en diversos alimentos como las ostras, carnes rojas, aves de coral, algunos pescados v mariscos y nueces.
Dosis diarias
La dosis recomendada ronda las 20 miligramos para adultos, es menor para bebés, niños y adolescentes por su menor peso corporal y algo mayor para mujeres embarazadas y para aquéllas que se encuentran durante el período de lactancia.
Qué sucede si falta
Este mineral puede faltar por dos razones: en primer lugar porque su consumo es deficiente y, en segundo lugar, por la ingesta de alcohol lo cual favorece su eliminación en la orina. Su deficiencia perjudica al sistema imunitario, genera retardo en el crecimiento y puede producir pérdida del cabello, diarrea, lesiones oculares y de piel, pérdida de apetito, etcétera.
Importante
El exceso de zinc se asocia con bajos niveles de cobre y disminución de la función inmunológica y de los niveles del colesterol bueno.
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