Comer sanamente en el trabajo es más fácil de lo que parece. Organízate y sigue estas recomendaciones:
Pedir algo para seguir trabajando y engullirlo frente a la computadora no es algo recomendable. Usualmente lo que pides es una ensalada con abundante aderezo, tu favorito, pero es el que tiene grandes cantidades de grasa, así que ten cuidado.
Una opción muy socorrida son los sandwiches, tortas y baguettes, de vez en cuando no te hacen daño, pero todos los días sumarán calorías y con ello vendrán los kilos de más.
Pide los platos más ligeros y equilibrados, como una sopa de verduras o una ensalada como entrada, como segundo plato, un pescado o carne a la plancha evitando las frituras y salsas que tienen muchas calorías.
Si no te puedes resistir al postre, elige una fruta.
Si tienes mucha hambre huye de la canasta del pan, pues acabarás con ella en un abrir y cerrar de ojos.
Procura tomar agua sola o baja en calorías.
Mastica lentamente y disfruta de tus alimentos.
Si desayunas a las 7:30, es probable que después de tres horas tengas hambre, en lugar de correr por un café capuchino o a la máquina de dulces lleva alguna de estas colaciones, que también son válidas para media tarde:
-Jicama o pepino picados con chile, sal y limón
-Frutos secos: nuez, cacahuates y pasas. La ración debe ser pequeña, aproximadamente media taza
-Una fruta con cascara, así no tienes que lavarla y pelarla
-Queso panela en trocitos, para picar
-Una barra de amaranto
-2 tazas de palomitas bajas en grasa o un sobre para microondas individual
-Una gelatina light
-Una taza de té verde
-5 galletas integrales
-Agua de jamaica, endulzada con algún sustituto de azúcar
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