La granada es una fruta muy popular especialmente sus granos que se pueden consumir al natural o utilizarse en ensaladas, donde aportarán un contraste de sabor agridulce y un bonito color.
También pueden formar parte del relleno de pimientos, berenjenas o empanadillas. Por descontado, su papel en la repostería es grande, la granada aparece en crepés, tartas, macedonias, helados, gelatinas, mousses, mermeladas zumos.
Con el jugo de esta fruta se prepara la conocida granadina y se puede utilizar para elaborar siropes y jarabes para platos de carne o de pescado.
Propiedades nutricionales
La granada aporta pocas calorías, 32 por cien gramos, que básicamente proceden de los hidratos de carbono simples (azúcares).
Destaca su aporte de fibra y de sustancias antioxidantes como la vitamina C y los flavonoides, pigmentos de las plantas, que ayudan en la prevención de enfermedades cardiovasculares, el envejecimiento y algunos tipos de cáncer.
Encontramos también minerales en la granada como el potasio y pequeñas cantidades de fósforo, magnesio y calcio. Por su bajo contenido en sodio y elevado en potasio, es recomendable en casos de hipertensión arterial.
La parte blanca de la granada que sostiene los granos es donde se encuentran los taninos, sustancias con carácter astringente y antiinflamatorio de la mucosa del tracto digestivo, que resulta eficaz en el tratamiento de la diarrea.
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